¿PORQUE LOS PALESTINOS DECIDIERON
INICIAR LA HUELGA DE HAMBRE?
PALESTINA:
LA INTIFADA DEL HAMBRE CONTRA LA OCUPACIÓN DEL RÉGIMEN ISRAELÍ
La política de detención administrativa de Israel y su abuso de los
palestinos encarcelados equivale prácticamente a la tortura, según denuncian
los organismos internacionales de derechos humanos.
El éxito de la huelga de hambre de Khader Adnan ha inspirado la ola
más reciente de protestas de miles prisioneros, que han optado por esta
estrategia.
La política de detención administrativa de Israel y su abuso de los
palestinos encarcelados equivale prácticamente a la tortura, según denuncian
los organismos internacionales de derechos humanos.
Casi 1.600 palestinos en cárceles israelís comenzaron el 17 de abril,
Día del Prisionero Palestino, una huelga de hambre indefinida. Otros 2.300
participaron este mismo día en una huelga de hambre de un día, lo que significa
que más de las tres cuartas partes de los 4.700 palestinos retenidos en las
cárceles de Israel rechazaron la comida durante al menos 24 horas.
Amani Sarahna, portavoz de la Asociación de Prisioneros Palestinos,
declaró a la "CNN" que "los detenidos palestinos en huelga de
hambre protestan por el trato que reciben en las cárceles israelís. Protestan
por la política de detención administrativa de Israel y el confinamiento
solitario de los prisioneros durante meses. Protestan por las multas
arbitrarias impuestas a los prisioneros por las autoridades israelies y la
prohibición de visitas familiares, especialmente para los de Gaza".
En solidaridad con los huelguistas, los palestinos tomaron las calles
en Cisjordania y Gaza. Unos 3.000 palestinos se concentraron en Nablus, 1.000
en Ramallah, 1.500 en Hebrón, cientos más en Tulkarem y Qalqilya, y 2.000 en la
ciudad de Gaza. Los manifestantes enarbolaron banderas palestinas y gritaron a
favor de la libertad de todos los presos políticos.
La represalia de Israel contra los huelguistas fue rápida. "Todos
los bienes de los prisioneros fueron confiscados, excepto sus toallas y
zapatos" dijo Sarahna, añadiendo que las autoridades carcelarias llevaron
a cabo registros en profundidad en las celdas de los huelguistas. Los guardas
israelís incluso quitaron a los prisioneros la sal, el único nutriente sin
calorías que ingieren.
La Red de Solidaridad con los
Prisioneros Palestinos publicó una declaración detallando las peticiones de
los huelguistas: "Pedimos la liberación inmediata de todos los prisioneros
palestinos detenidos por Israel. Han sido condenados por un sistema legal
injusto y no igualitario. Su encarcelamiento refleja el sistema injusto y
racista que es Israel. Además, Israel debe cesar inmediatamente sus prácticas
de detención administrativa, tortura y malos tratos a los detenidos,
confinamiento solitario y aislamiento, el recurso a los tribunales militares en
el territorio palestino ocupado, que juzga ilegalmente a los civiles impidiendo
un juicio justo al utilizar pruebas secretas contra el acusado, arrestando a
grupos vulnerables, como niños, discapacitados, ancianos y enfermos".
Otras fuentes añaden que las reivindicaciones de la huelga también
incluyen el derecho a visitas de familiares y el derecho a recibir fotografías
familiares. Además el periódico israelí "Ha'aretz" informa que los
huelguistas también protestan por el trato humillante de sus carceleros,
incluyendo registros desnudando a los familiares visitantes y registros
nocturnos de las celdas.
Entretanto, la salud de ocho prisioneros con largas huelgas de hambre
–incluyendo a cinco presos actualmente en el hospital de la prisión de Ramleh,
entre ellos Bilal Thiab y Thaer Halahleh, que en el momento de escribir no
comen hace 56 días – se ha deteriorado dramáticamente, según médicos que siguen
su situación.
El ejemplo de Khader Adnan
El éxito de la huelga de hambre de Khader Adnan ha inspirado la ola
más reciente de protestas de miles prisioneros, que han optado por esta
estrategia.
El 17 de Diciembre, Adnan, un panadero palestino de Cisjordania, fue
arrestado en mitad de la noche y mantenido en detención administrativa. Adnan
había sido arrestado y detenido anteriormente en ocho ocasiones y ha pasado un
total de seis años en las cárceles israelís, sin que nunca se le haya acusado
de un crimen.
Desesperado por evitar otro período indeterminado de detención y
abuso, Adnan empezó una valiente huelga de hambre que duró 66 días y finalmente
terminó el 17 de febrero, después de que sus abogados negociaran con Israel su
libertad en abril. Adnan –detenido únicamente en base a su afiliación política
con la organización palestina Jihad Islámica –casi murió y tardó más de 50 días
en recobrarse totalmente. El caso de Adnan fue objeto de atención mediática
mundial e Israel lo dejó en libertad el Día de los Prisioneros Palestinos.
En el momento de la última detención de Adnan había otros 320
palestinos en detención administrativa, 21 de los cuales, son miembros del
Consejo Legislativo Palestino.
Cuando el ayuno de Adnan estaba en su novena semana y su salud se
deterioraba, cientos de prisioneros palestinos se unieron a él, en una huelga
de hambre solidaria de un día, el 13 de febrero. El resultado fue la
deportación de 80 internos a la prisión de Negev, donde las condiciones del
desierto son duras y la lejanía del emplazamiento dificulta las visitas de las
familias.
Los palestinos también se manifestaron en el exterior de la prisión de
Ofer en Cisjordania, donde las fuerzas armadas israelís los dispersaron con
balas de goma y gases lacrimógenos. Este tipo de armas fueron también
utilizadas profusamente contra manifestaciones no violentas de palestinos en
los Territorios Ocupados.
Si bien Adnan sobrevivió a la huelga de hambre más larga hasta la
fecha, no ha sido el primero en utilizar la táctica de la huelga de hambre para
llamar la atención sobre su caso y la política de detenciones administrativas
israelí. De hecho, para los prisioneros palestinos que no tienen ningún otro
medio de protesta, la huelga de hambre es uno de los pocos instrumentos
disponibles.
Las recientes protestas tienen su antecedente en una huelga de hambre
masiva en 2011. El 27 de septiembre del año pasado, unos 50 prisioneros
políticos palestinos empezaron una huelga de hambre en protesta por las malas
condiciones de las cárceles israelís. El primer ministro israelí Benjamín
Netanyahu utilizó medidas penales restrictivas y abusivas contra los
prisioneros para presionar a Hamas y conseguir un acuerdo de intercambio que
liberase al soldado israelí capturado Gilad Shalit.
Las medidas comprendían, entre otras cosas, la prohibición de recibir
libros y ropa nueva, mayor recurso disciplinario del confinamiento solitario y
reducción de las visitas de familiares. A los pocos días, el número de
huelguistas de hambre había aumentado hasta casi 250 y otros 60 activistas
palestinos de Cisjordania se unieron a ellos en solidaridad. La huelga duró
varias semanas.
Hana Shalabi, otra residente de Cisjordania detenida por Israel,
también utilizó con éxito la huelga de hambre para conseguir su liberación, rechazando
la comida durante un total de 43 días antes de ser liberada y deportada a Gaza.
Shalabi había permanecido en prisión anteriormente durante 30 meses
bajo una orden de detención administrativa, hasta que Israel la liberó y la
perdonó junto a otros 1.026 prisioneros en 2011 a cambio de la libertad de
Gilad Shalit. Poco después de su liberación, Shalabi fue detenida de nuevo.
Cuando Adnan concluyó su huelga de hambre, Shalabi comenzó la suya, pidiendo no
solamente su propia libertad sino también el fin de la política de detención
administrativa de Israel.
La politica de detención
administrativa de Israel.
Aunque los comentaristas en Israel y en otras partes del mundo no han
ahorrado acusaciones en el sentido de que los prisioneros liberados a cambio de
Shalit han vuelto al "terrorismo", el caso de Shalabi es llamativo.
Shalabi quedó traumatizada como consecuencia de su encarcelamiento y tras su
liberación como parte del intercambio por Shalit, casi nunca salía de la casa
familiar en la Franja de Gaza.
Más allá de su auto exclusión de la vida social, Shalabi nunca debería
haber sido arrestada, porque como el resto de los prisioneros liberados en el
intercambio por Shalit, fue perdonada por el Presidente israelí Shimon Peres.
La más mínima protección jurídica impide a los gobiernos castigar dos veces el
mismo crimen o servirse de un crimen perdonado como justificación para otra
condena.
Activistas de todo el mundo, incluyendo Washington D.C., Nueva York y
Chicago, organizaron vigilias y acciones de protesta pidiendo el fin de la
detención administrativa de Adnan y luego de Shalabi. Amnistía Internacional y
muchas otras organizaciones de derechos humanos también hicieron llamamientos
para la liberación de los huelguistas. Ello dio esperanza y animo a otros prisioneros
políticos palestinos, que comenzaron sus propias huelgas de hambre.
La política de detención administrativa fue adoptada por primera vez
por la Administración Colonial británica. Este tipo de legislación preventiva
confería a la Administración Colonial en Palestina el "derecho" a
detener a un prisionero palestino hasta seis meses, pasados los cuales la orden
de detención podía ser renovada. Esta política es una violación de los derechos
humanos básicos y de las libertades políticas, ya que Israel nunca tiene que
inculpar o ni siquiera presentar pruebas contra el detenido. Lo que significa
que los prisioneros palestinos no tienen ninguna manera de impedir su
detención.
Se permite así a las autoridades israelíes encarcelar indefinidamente
a un individuo en base a la mera sospecha de que pueda ser una
"amenaza" para la seguridad de Israel. Obviamente esta acusación
puede hacerse a un individuo por cualquier motivo, inclusive por sospechar que
pueda ejercer el derecho internacionalmente reconocido de resistir a la
ocupación extranjera del territorio palestino por parte de Israel.
De esta forma los palestinos son encarcelados regularmente sin ninguna
prueba de culpa. Los motivos de Israel son muchos: puede ser como castigo,
venganza, represalia por activismo político o como método de control social por
parte de los servicios de inteligencia israelies.
También hay diferencias en el uso de la detención administrativa según
un individuo sea arrestado dentro de Israel o en los Territorios Ocupados.
En Israel una orden de detención administrativa solo puede obtenerse
con el consentimiento del Ministro de Defensa y en un plazo de 48 horas el
detenido debe ser llevado ante un juzgado civil y posteriormente, de nuevo cada
tres meses. En los Territorios Ocupados un oficial de cualquier rango puede
firmar una orden de detención administrativa y, a continuación, un comité
militar decide si ejecutarla o no. Los prisioneros solo tienen acceso a un
tribunal militar de apelación.
Por ejemplo, según la "Addameer Prisoner Support and Human Rights
Association" un palestino que se enfrenta a cargos penales puede ser
retenido en custodia durante ocho días antes de ser llevado ante un juez o un
comité. Un ciudadano israelí, en cambio, puede ser detenido como máximo durante
24 horas antes de ser llevado ante un juez.
La situación en las cárceles
israelíes.
Además de los 320 palestinos en detención administrativa en las
cárceles palestinas, hay docenas retenidos en bases militares israelies. Unos
80 prisioneros han sido retenidos sin cargos durante períodos de seis a doce
meses, 88 durante uno a dos años y 16 durante dos a cuatro años y medio.
Estas estadísticas incluyen menores. Por ejemplo, en 2010, un joven de
16 años fue detenido sin cargos durante nueve meses. En el censo general de
prisioneros palestinos hay 31 prisioneros menores de 16 años y 172 de entre 16
y 18 años.
Tal como ha escrito Daoud Kuttab, un laureado periodista palestino que
reside entre Jerusalén y Amman: "Israel, que siempre se jacta de ser la
única democracia de Oriente Medio, utiliza diversas leyes de emergencia y
órdenes administrativas para controlar a la población palestina bajo su mando
militar. El estado de derecho es convertido por los israelís en un gobierno por
decreto – esto es, por decretos militares – con el que el ejército israelí
decide como controlar a millones de palestinos".
El maltrato de los prisioneros palestinos empieza con su primer
contacto con las fuerzas israelís. Los arrestos suelen ir acompañados de
golpes, perros y granadas de conmoción, así como destrucción de propiedad,
vandalismo y robo.
Luego viene el interrogatorio y la tortura. Se han descrito de todo
tipo: privación del sueño, sesiones intensivas de interrogatorios, uso de
"posturas dolorosas", ahogo y estrangulación, así como abusos
verbales y mentales. Posteriormente, los prisioneros pueden ser mantenidos en
confinamiento solitario o celdas de aislamiento por períodos prolongados de
tiempo.
Shawan Jabarin, director de la organización de derechos humanos Al-Haq
ha descrito el maltrato de los prisioneros palestinos por Israel en una
entrevista: "La mentalidad punitiva guía las prácticas y políticas
israelís. Cada día se crean nuevas reglas, [los prisioneros] deben quitarse la
ropa mientras las celdas son registradas, [las autoridades carcelarias]
trasladan a los prisioneros, aislándolos durante años. Es una tortura
psicológica. Es parte de una venganza, una mentalidad de castigo. Privar [a los
palestinos] de su libertad no es suficiente".
Los prisioneros palestinos solamente pueden recibir visitas de su
familia inmediata, a excepción de hombres mayores de 16 años. A los miembros
inmediatos de la familia mayores de 16 años se les impide visitar las prisiones
del interior de Israel y si lo hacen es con un permiso especial que obtienen
solamente una o dos veces al año. Pero en la práctica cientos de familias nunca
reciben permisos debido a "cuestiones de seguridad" secretas.
Cuando las visitas de la familia son permitidas, se llevan a cabo dos
veces al mes durante 45 minutos, bajo condiciones de máxima seguridad. El viaje
a la prisión es en sí mismo una medida punitiva, puesto que puede llevar hasta
15 horas de viaje dependiendo de la identidad y la residencia de las familias y
del número de puestos de control y registros que deban pasar.
Evidentemente, los palestinos que se embarcan en un viaje así nunca
saben si van a llegar a su destino. El 6 de Junio del 207 Israel suspendió las
visitas de familias a la Franja de Gaza, impidiendo efectivamente cualquier
medio de comunicación entre los prisioneros de Gaza y el mundo exterior. Lo que
se sumo a la prohibición ya existente de comunicaciones telefónicas con los
prisioneros de Gaza.
Israel también practica una política sistemática de negligencia médica
respecto a los palestinos en sus cárceles y centros de detención. Las largas
esperas y un tratamiento médico de mala calidad son la norma. Aunque todas las
prisiones tienen una clínica, los médicos están de servicio de forma errática y
no hay especialistas.
Cuando los prisioneros obtienen algún tipo de atención médica, el
tratamiento habitual es la prescripción de analgésicos. El traslado a un
hospital por necesidades médicas urgentes puede retrasarse durante semanas e
incluso meses. Las organizaciones de derechos humanos estiman que entre 2000 y
2008, 17 prisioneros palestinos han muerto a consecuencia de negligencias
médicas.
La respuesta israelí a la
huelga de hambre palestina.
Cuando Khader Adnan fue entrevistado por "Al-Jazeera" sobre
el trato dispensado por las autoridades carcelarias, contestó: "se
dedicaron a humillarme hasta el último día en el hospital de la prisión, por
ejemplo abriendo la puerta para mirarme cada vez que iba al baño o a la ducha.
Cuando estaba en huelga de hambre se ponían a comer y beber expresamente frente
a mí. Me insultaban, me llamaban perro. Uno de ellos me dijo que esto no era
nada todavía. No tienen escrúpulos. Intentaron provocarme diciéndome que mi mujer
me engañaba y que mis hijas no eran mías".
Los guardianes de la prisión someten a los prisioneros a duras
penalidades en respuesta a las huelgas, protestas o desobediencia y con
frecuencia imponen castigos colectivos. A veces impiden a los prisioneros
durante meses recibir ayudas financieras o les confiscan sus bienes personales.
O también les imponen largos periodos en confinamiento solitario y les cortan
el acceso al agua y la electricidad. Los prisioneros se han quejado de que los
guardianes a veces irrumpen en sus celdas disparando al aire o llevan a cabo
registros durante la noche.
En vispera de la huelga de hambre masiva del 17 de abril, el portavoz
de la Administración Penitenciaria, Sivan Weizman declaró: "Nos hemos
apañado cuando ha habido huelgas de hambre en el pasado y estamos preparados
para hacerlo nuevamente". Durante los primeros días de la huelga, Addameer
informó que los prisioneros palestinos se enfrentaban a una dura represión por
parte de los oficiales de la prisión y los prisioneros han declarado que se les
confisco sus bienes personales y sus ropas de abrigo. En respuesta a ello, los
internos de la prisión de Nafha amenazaron con dejar de beber.
La red de solidaridad con los presos palestinos Samidoun también ha
informado que: "Un grupo de prisioneros palestinos asociados al Frente Popular de
Liberación de Palestina que participaba en la huelga en la prisión de Eshel han
sido trasladados a la prisión de Ohalei Kedar como represalia, mientras que los
prisioneros de Hamas en huelga de hambre en la prisión de Eshel fueron
separados los unos de los otros y trasladados a las celdas de los prisioneros
de Al Fatah, para intentar exacerbar las tensiones entre facciones...
En la prisión de Ramon, los palestinos en huelga de hambre han sido
trasladados a celdas de aislamiento y a los prisioneros en huelga de hambre en
las cárceles israelís se les niega el acceso a médicos independientes. Al
abogado de Addameer, Samer Sama'an, se le ha prohibido visitar a los
prisioneros durante seis meses, la segunda vez que una prohibición de este tipo
ha sido impuesta a un abogado de Adameer durante las huelgas de hambre de las
prisiones".
En respuesta, los huelguistas han emitido una declaración reafirmando
su intención de continuar su huelga de hambre hasta que sus reivindicaciones
sean satisfechas.
Tras su liberación de la detención administrativa, Adnan decidió, para
conmemorar el Día de los Prisioneros Palestinos, visitar las familias de otros
prisioneros políticos antes de ver a su propia familia. Adnan quiso expresarles
así su agradecimiento por su apoyo durante su huelga de hambre y mostrar su
solidaridad con quienes sufren la "angustia de tener a los seres queridos
trás de los barrotes de la ocupación israelí".
Adnan añadió: "mi libertad es incompleta debido a los
prisioneros que he dejado atrás. Saludamos a todos los prisioneros: Lina
Jarbouni [la prisionera política más antigua], Sheikh Ahmed Hajj [el prisionero
de más edad en huelga de hambre], Omar Abu Shalalah, Jaafar Ezzedine, Hassan
Safadi y, naturalmente, Thaer Halaleh and Bilal Thiab...
Esta masiva huelga de hambre es una señal para toda la gente oprimida e
indefensa en todas partes, no solo los palestinos. Es un mensaje para todos
aquellos que sufren la injusticia, bajo la bota de la opresión. Esta lucha
tendrá éxito, si Dios quiere, y conseguiremos los derechos de los
prisioneros".
palestinalibre.org, socialistworker.org. Traducción
para sinpermiso.info: Anna Maria Garriga. Revisada por La Haine.