Traducción oficiosa de un artículo publicado ayer en la página web de noticias palestina "Maan" (= "todos" en árabe)
"La tragedia de una familia palestina
salva la vida de tres israelíes"
El 27 de agosto, Abdul-Al-Hay Salhoute, un niño de cuatro años, cayó desde el balcón de la casa de sus padres en el distrito de al Mukabbir jabbal (la Jerusalén oriental ocupada).
A las 8:00, los médicos del Centro Médico Hadassah han luchado para traer al niño a la vida en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), donde murió seis días después, el Jueves, 02 de septiembre. Los padres de Abdul-Al-Hay entonces decidieron donar sus órganos.
Según el sitio web de noticias israelí Ynet, el hígado de Abdul-Al-Hay fue transplantado con éxito a un niño israelí de siete años enfermo de gravedad.
Uno de sus dos riñones habían estado a favor de una niña de 8 años, también de Israel, y el trasplante parece haber tenido éxito.
El otro riñón fue trasplantado a un israelí de 55 años cuyo cuerpo, después de haber empezado a rechazar el órgano a causa de la diferencia de edad, por fin ha comenzado a aceptarla.
"Mi hijo llegó al hospital en caso de extrema gravedad y era imposible salvarlo, pero estamos tan contentos de que él continúa viviendo en cuerpos de otras personas", dijo el padre de Abdul Al-Hayy a Ynet. "No hay diferencia para nosotros que sus órganos se hayan ido a las personas que hablan árabe o hebreo, porque la vida humana es la misma."
A las 8:00, los médicos del Centro Médico Hadassah han luchado para traer al niño a la vida en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), donde murió seis días después, el Jueves, 02 de septiembre. Los padres de Abdul-Al-Hay entonces decidieron donar sus órganos.
Según el sitio web de noticias israelí Ynet, el hígado de Abdul-Al-Hay fue transplantado con éxito a un niño israelí de siete años enfermo de gravedad.
Uno de sus dos riñones habían estado a favor de una niña de 8 años, también de Israel, y el trasplante parece haber tenido éxito.
El otro riñón fue trasplantado a un israelí de 55 años cuyo cuerpo, después de haber empezado a rechazar el órgano a causa de la diferencia de edad, por fin ha comenzado a aceptarla.
"Mi hijo llegó al hospital en caso de extrema gravedad y era imposible salvarlo, pero estamos tan contentos de que él continúa viviendo en cuerpos de otras personas", dijo el padre de Abdul Al-Hayy a Ynet. "No hay diferencia para nosotros que sus órganos se hayan ido a las personas que hablan árabe o hebreo, porque la vida humana es la misma."






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