LOS HÉROES DEL MAVI MARMARA: UN MOMENTO DECISIVO PARA LA
SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
Según los informes confiables sobre lo sucedido durante el asalto matutino a la flotilla de apoyo a la libertad de Gaza, la evidencia parece señalar que los comandos “israelíes” atacaron al barco que encabezaba la flotilla, el Mavi Marmara, que le dispararon en aguas internacionales antes de abordarlo, y que esperaban pacificar rápidamente al capitán y a los pasajeros que los desafiaran, mediante el uso de las armas y la fuerza bruta. El ataque representa una secuela en el patrón habitual de ataques armados contra activistas desarmados que han mantenido los sionistas, desde el asesinato de Rachel Corrie hasta el asesinato a quema ropa de Basem Abu Rahme.
No obstante, también es obvio que esta vez los eventos no se dieron según el libreto acostumbrado. Los pasajeros del Mavi Marmara se resistieron. Decidieron que no iban a permitir que su nave fuera abordada y comandada ilegalmente en aguas internacionales. Decidieron que no serían abaleados, golpeados, sometidos a choques eléctricos, secuestrados y torturados sin defenderse. Los militares “israelíes” basaron su justificación de la matanza de los activistas de la flotilla, en el hecho de que estos no respondieron “pacíficamente” ante la invasión armada de su barco. Según los términos dictados por los colonialistas, la autodefensa del oprimido legitima la violencia asesina del opresor.
Los comandos que invadieron el barco entraron disparando. No sabemos cuántos pasajeros mas hubiesen ejecutado de no haber enfrentado ninguna resistencia en la cubierta; posiblemente hubiesen llevado su furia mortífera a todos los confines del barco. Imágenes transmitidas luego a través de la televisión turca, muestran a los soldados agrupados en una parte de la cubierta y agachados mientras apuntaban sus armas. Adiestrados en la golpiza y matanza de niños de nueve años que arrojan piedras, lucían aterrorizados al enfrentarse a adultos que solo disponían de tubos y pedazos de madera.
La resistencia de los pasajeros del Mavi Marmara abre un nuevo capítulo en la historia del movimiento de solidaridad con Palestina. Su decisión de dar la pelea fue heroica. Utilizaron todo lo que tuvieron a su alcance — mayormente sus cuerpos desarmados y su valor — para enfrentarse a una unidad de comandos fuertemente armados. Como resultado, los sionistas quedaron privados de la victoria fácil que habían anticipado. Estos lograron detener la flotilla, pero esta vez las consecuencias resultaron ser más graves de lo que podían darse el lujo de enfrentar. El operativo resultó ser un fracaso desde todos los ángulos, y ante todos quienes lo presenciaron. La prensa en “Israel” dejó ver bien claro que para los sionistas el operativo fue un fracaso. Hubo lesionados entre sus propias fuerzas, y esto es algo que no podemos dejar de recalcar. Para la población doméstica de ese proyecto colonial y racista, ninguna violencia y destrucción es demasiada cuando es dirigida a otros. Pero estos esperan que la destrucción tenga un alto nivel tecnológico, y que sea manejada con la eficacia suficiente como para evitarles las consecuencias que ésta les pueda traer. Por eso es que tanto la invasión del Líbano en el 2006 como el ataque a Gaza en el 2008 resultaron en derrotas significativas para ellos.
Los organizadores de este convoy sabían de antemano que los sionistas recurrirían a la fuerza bruta para detenerlos, pero decidieron valientemente seguir adelante en su esfuerzo por romper el cerco contra Gaza. Muchos de los activistas — especialmente los turcos — habían declarado su intención inquebrantable de cumplir con su misión, y de aceptar con honor su martirio a nombre de Palestina. Su sangre derrotó la espada de los “israelíes.” Su acción desenmascaró la hipocresía de las instituciones de la tal llamada ley internacional, del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de la “diplomacia” de Obama, y del “compromiso” de los europeos con los “derechos humanos.” Su sacrificio abrió la brecha para romper con el estado de sitio en Gaza, y le señaló a otros el camino a seguir.
Los que sacrificaron sus vidas en el Mavi Marmara merecen ser honrados junto a los mártires de la resistencia.
Cengiz AkyIskandarun, de Turquía, casado, padre de tres hijos
Ali Haydar Bengi de 39 años, de Diyarbakir Turquía, casado, padre de cuatro hijos
Ibrahim Bilgen de 61 años, Siirt Turquía, casado, padre de seis hijos
Furkan Dogan de 19 años, turco-americano. Murió de cinco disparos directos a la cabeza, a manera de ejecución
Cevdet Kilir de 38 años, periodista de Kayseri Turquía, casado, padre de dos hijos.
Cengiz Songur de 47 años, casado, padre de siete hijos
Cetin Topcuoglu de 54 años, de Adana, Turquía, campeón de Taekwando, casado, padre de un hijo
Fahri Yaldiz de 43 años, de Adiyaman Turquía, bombero, casado, padre de cuatro hijos
Necdet Yildirim de 32 años, de Malatya Turquía, trabajador de la fundación turca de ayuda humanitaria IHH, casado, padre de un hijo.
No obstante, también es obvio que esta vez los eventos no se dieron según el libreto acostumbrado. Los pasajeros del Mavi Marmara se resistieron. Decidieron que no iban a permitir que su nave fuera abordada y comandada ilegalmente en aguas internacionales. Decidieron que no serían abaleados, golpeados, sometidos a choques eléctricos, secuestrados y torturados sin defenderse. Los militares “israelíes” basaron su justificación de la matanza de los activistas de la flotilla, en el hecho de que estos no respondieron “pacíficamente” ante la invasión armada de su barco. Según los términos dictados por los colonialistas, la autodefensa del oprimido legitima la violencia asesina del opresor.
Los comandos que invadieron el barco entraron disparando. No sabemos cuántos pasajeros mas hubiesen ejecutado de no haber enfrentado ninguna resistencia en la cubierta; posiblemente hubiesen llevado su furia mortífera a todos los confines del barco. Imágenes transmitidas luego a través de la televisión turca, muestran a los soldados agrupados en una parte de la cubierta y agachados mientras apuntaban sus armas. Adiestrados en la golpiza y matanza de niños de nueve años que arrojan piedras, lucían aterrorizados al enfrentarse a adultos que solo disponían de tubos y pedazos de madera.
La resistencia de los pasajeros del Mavi Marmara abre un nuevo capítulo en la historia del movimiento de solidaridad con Palestina. Su decisión de dar la pelea fue heroica. Utilizaron todo lo que tuvieron a su alcance — mayormente sus cuerpos desarmados y su valor — para enfrentarse a una unidad de comandos fuertemente armados. Como resultado, los sionistas quedaron privados de la victoria fácil que habían anticipado. Estos lograron detener la flotilla, pero esta vez las consecuencias resultaron ser más graves de lo que podían darse el lujo de enfrentar. El operativo resultó ser un fracaso desde todos los ángulos, y ante todos quienes lo presenciaron. La prensa en “Israel” dejó ver bien claro que para los sionistas el operativo fue un fracaso. Hubo lesionados entre sus propias fuerzas, y esto es algo que no podemos dejar de recalcar. Para la población doméstica de ese proyecto colonial y racista, ninguna violencia y destrucción es demasiada cuando es dirigida a otros. Pero estos esperan que la destrucción tenga un alto nivel tecnológico, y que sea manejada con la eficacia suficiente como para evitarles las consecuencias que ésta les pueda traer. Por eso es que tanto la invasión del Líbano en el 2006 como el ataque a Gaza en el 2008 resultaron en derrotas significativas para ellos.
Los organizadores de este convoy sabían de antemano que los sionistas recurrirían a la fuerza bruta para detenerlos, pero decidieron valientemente seguir adelante en su esfuerzo por romper el cerco contra Gaza. Muchos de los activistas — especialmente los turcos — habían declarado su intención inquebrantable de cumplir con su misión, y de aceptar con honor su martirio a nombre de Palestina. Su sangre derrotó la espada de los “israelíes.” Su acción desenmascaró la hipocresía de las instituciones de la tal llamada ley internacional, del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de la “diplomacia” de Obama, y del “compromiso” de los europeos con los “derechos humanos.” Su sacrificio abrió la brecha para romper con el estado de sitio en Gaza, y le señaló a otros el camino a seguir.
Los que sacrificaron sus vidas en el Mavi Marmara merecen ser honrados junto a los mártires de la resistencia.
Cengiz AkyIskandarun, de Turquía, casado, padre de tres hijos
Ali Haydar Bengi de 39 años, de Diyarbakir Turquía, casado, padre de cuatro hijos
Ibrahim Bilgen de 61 años, Siirt Turquía, casado, padre de seis hijos
Furkan Dogan de 19 años, turco-americano. Murió de cinco disparos directos a la cabeza, a manera de ejecución
Cevdet Kilir de 38 años, periodista de Kayseri Turquía, casado, padre de dos hijos.
Cengiz Songur de 47 años, casado, padre de siete hijos
Cetin Topcuoglu de 54 años, de Adana, Turquía, campeón de Taekwando, casado, padre de un hijo
Fahri Yaldiz de 43 años, de Adiyaman Turquía, bombero, casado, padre de cuatro hijos
Necdet Yildirim de 32 años, de Malatya Turquía, trabajador de la fundación turca de ayuda humanitaria IHH, casado, padre de un hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario